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Con un rico helado casero y ¡saludable!, ¿quién dice adiós al Verano?

Refréscate de forma saludable sin salir de casa. Tan sólo necesitas un ingrediente para disfrutar de este manjar desde la comodidad de tu hogar. Tú eliges el grado de complejidad de la receta que vas a preparar.

Para mí, el helado es, simplemente, irresistible. Por eso, trato de prepararlo en casa para evitar la gran cantidad de azúcar y, en su defecto, fructosa que la gran mayoría de heladerías utilizan para su preparación. 

Si te ocurre como a mí, y no quieres renunciar al placer de tomarte un helado, te invito a seguir estos pasos para que lo disfrutes de forma saludable.

Helado de plátano servido con yogur natural de oveja, chocolate 85%, granola de avena sin gluten, frutos secos y canela.

Paso 1
Elige la fruta que más te guste (por ejemplo, un plátano) o, si lo prefieres, más de una (medio plátano y un par de fresas).

Paso 2
Pela y trocea la fruta.

Paso 3
Congela la fruta en una bolsa o envuelta en film transparente la noche anterior a su preparación (no tienes por qué usarla al día siguiente, pero sí conviene que mantengas la fruta en el congelador, al menos, durante una noche). 

Paso 4
Saca la fruta del congelador y tritúrala con ayuda de la batidora pasados 10 minutos. Si quieres, puedes añadir agua, leche o tu bebida vegetal favorita hasta obtener la textura que más te guste. Yo suelo utilizar una cucharada de bebida de avena sin azúcar para el helado de un plátano o 4 fresas aproximadamente, según el tamaño. Para estas últimas la recomiendo especialmente pues, al ser la leche o bebida vegetal dulce en sí misma, suaviza la acidez de las fresas y el helado queda más cremoso. 

Paso 5
Sírvelo en un bol y disfruta.

Si te apetece, puedes combinarlo con yogur, granola, frutos secos, chocolate (85% de cacao o más, troceado o fundido) y crema de cacahuete, entre otros. Una de mis combinaciones favoritas es la de yogur de oveja con helado de plátano y una cucharadita de crema de cacahuete.

¿Sabías que…?

La fruta fresca o troceada aguanta de 8 a 11 meses en el congelador. Para mí fue un gran alivio durante el primer confinamiento por coronavirus. Por aquel entonces tenía un pie inmovilizado por una fractura de calcáneo y estaba sola en casa, por lo que mi tía y hermana se turnaban para traerme la compra cada semana. Las manzanas, kiwis, naranjas aguantaban sin problemas los 7 días de la semana, mientras que para comer fresas, o congelaba gran parte de ellas el mismo día que me las traían, o al día siguiente las encontraba enmohecidas. Así descubrí que el plátano, el mango y los frutos rojos, entre otras frutas, conservan intactas sus propiedades en cuanto a sabor, textura y color una vez descongelados.

Si eres más de polos que de tarrina

Te recomiendo que utilices unos moldes de silicona para prepararlos. En este caso, en vez de congelar la fruta pelada y troceada, la triturarás primero en batidora, picadora o con la ayuda de un tenedor (posible en caso de mangos y plátanos maduros; sobre todo, si te gusta más una textura con trocitos de fruta) con o sin leche o bebida vegetal. Será esta mezcla la que congelarás en los moldes, que suelen incluir los palitos incorporados. 

Cuando tengas antojo, saca uno del congelador, desmóldalo y si, como a mí, te apasiona el chocolate negro, funde en el microondas (1 minuto aprox.) una onza de chocolate 85% cacao o superior con una cucharadita de aceite de coco. Recubre el polo con este y verás cómo la diferencia de temperatura hace que el chocolate solidifique enseguida a modo de cubierta de chocolate negro. ¡Una auténtica delicia!