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7 maneras de mejorar tu edad biológica

El tiempo pasa para todos. Aceptar que no puedes modificar tu edad cronológica es necesario para evitar un sufrimiento en vano. Pero no te resignes, pues una cosa es la edad cronológica que marca el calendario y otra muy distinta es la edad fisiológica o biológica. Esta es el baremo de tu salud y la buena noticia es que sobre esta sí puedes actuar. 

Fotografía de Rodolfo Barreto.

La edad biológica no responde al tiempo transcurrido desde tu nacimiento. Deriva de las elecciones que tomas a lo largo de tu vida y que ocasiona que tus células envejezcan antes o después.

Voy a serte franca: no hay una fórmula mágica universal.

De igual modo que un plan de entrenamiento no genera las mismas adaptaciones cuando varios deportistas lo aplican en el mismo periodo de tiempo y con un mismo objetivo, y al igual que un plan nutricional no consigue la misma pérdida de peso a pesar de un punto de partida similar, también aquí hay que individualizar.

Aún así, hay medidas que han mostrado ser beneficiosas a la hora de retrasar el envejecimiento, como las que te comparto. Seguro que te resultan familiares porque reconocerás en ellas estilos de vida saludables:

  1. Activa tu catabolismo celular

    El ejercicio aeróbico y el ejercicio interválico de alta intensidad disminuyen el acortamiento de los telómeros o, lo que es lo mismo, hacen que vivamos más.

    Algunos buscan el elixir de la juventud, quizá porque el sudor no es lo suficientemente glamuroso como para ostentar ese título.

    Sea como sea, lo que está claro es que caminar, correr, desplazarnos en bicicleta y practicar CrossFit, calistenia, HIIT y tabata nos beneficia.

  2. Reduce la inflamación

    Acota la ventana de tus ingestas diarias para reducir tu anabolismo celular.

  3. Recupera

    Aprende a escuchar a tu cuerpo y a echar el freno cuando así te lo pida.

  4. Hidrata

    Recuerda beber antes de tener sed para mantener a las células de tu organismo hidratadas.

  5. Piensa en qué comes…

    • ¿Los vegetales están presentes en todas tus comidas?

    • ¿Ingieres suficiente proteína cada día?

    • ¿Evitas los azúcares y las grasas refinadas?

    • ¿Conoces las fuentes de antioxidantes?

  6. … cuándo lo comes

    El momento también cuenta.

    Nuestro cuerpo asimila mucho mejor los carbohidratos por la mañana que por la tarde-noche. Y es que las hormonas implicadas en su metabolismo están de capa caída a última hora del día.

  7. … y cómo lo comes

    El orden en que ingieres los alimentos en cada comida importa.

    Comenzar con un plato de verdura o ensalada reduce los picos de glucosa que inevitablemente se producen en sangre cuando ingerimos primero los alimentos ricos en carbohidratos, como pan, pasta, arroz, patata.

    Recuerda este orden:

    Fuente vegetal > fuente proteica > fuente de hidratos de carbono.

El orden de los factores (alimentos) altera el producto (glucemia).

¡Te reto a comer de forma inteligente!