¿Y si empiezas el 2021 con un mejor desayuno?
¿Quién no ha escuchado por activa y por pasiva que el desayuno es la comida más importante del día? No voy a afirmar lo contrario, pues tampoco sería cierto, pero confieso que este mito tiene importantes matices. Lo que no admite discusión es que según el desayuno que escojamos, es preferible saltárnoslo o, mejor, replanteárnoslo.
ES un error generalizar en materia de nutrición
La etapa de la vida en la que te encuentres, tu nivel de actividad y/o ejercicio físico, la presencia y/o ausencia de enfermedad aguda o crónica, y la genética son sólo algunos de los factores que van a condicionar tus necesidades energéticas. Eso, sin contar con los objetivos que tengas. Ambos son cruciales a la hora de determinar la ingesta más adecuada para empezar el día.
Aun así, hay algunos elementos que no son negociables. Y es que un vaso de leche o café con leche y un bollo no sólo no nos van a aportar la energía que necesitamos para afrontar el día sino que nos van a “anestesiar”. Ese desayuno tan arraigado en algunos lugares es pobre en nutrientes, empezando por la proteína, que brilla por su ausencia. Porque no nos engañemos, la presente en un café con leche, incluso en un vaso de leche, no es suficiente.
¿y si le das una oportunidad a una opción salada con proteína de buena calidad?
Imagina unas tostadas de pan de espelta integral de fermentación lenta con AOVE y jamón ibérico o salmón ahumado. A mí ya se me está haciendo la boca agua.
Si te cuesta dar el salto a lo salado en el desayuno, también hay opciones dulces saludables
Haz de los frutos secos tus mejores aliados, siempre que sean crudos o tostados, sin sal ni azúcares añadidos. Tómalos tal cual o triturados hasta formar su crema o mantequilla de fruto seco. Con ella puedes untar tus tostadas y, por qué no, añadir un plátano a rodajas.
Si eres más de dulce y no concibes un desayuno sin bizcocho, prueba estas versiones sin azúcar. Acompáñalas de un té, café o infusión, y yogur natural. La pieza de fruta no debe faltar.
Si tienes prisa o te levantas sin hambre, no comas porque toca
Prepara el desayuno la noche anterior y tómalo en el trabajo en un descanso, cuando tengas apetito. Puedes mezclar en un táper yogur proteico natural con avena en copos, fruta cortada y frutos secos (enteros o en crema). Juega con las semillas de chía o lino y atrévete con el chocolate más puro que contenga, como mínimo, un 85% de cacao. Prueba distintas combinaciones hasta dar con la que más te guste.