¿Y si empiezas el 2021 con un mejor desayuno?

 

¿Quién no ha escuchado por activa y por pasiva que el desayuno es la comida más importante del día? No voy a afirmar lo contrario, pues tampoco sería cierto, pero confieso que este mito tiene importantes matices. Lo que no admite discusión es que según el desayuno que escojamos, es preferible saltárnoslo o, mejor, replanteárnoslo.

 
Escoge una pieza de fruta de temporada y de proximidad y combínala con un puñado de tus frutos secos favoritos, chocolate negro o canela y yogur natural (sin lactosa o de soja, como alternativa sin lácteos). Rápido y riquísimo :)

Escoge una pieza de fruta de temporada y de proximidad y combínala con un puñado de tus frutos secos favoritos, chocolate negro o canela y yogur natural (sin lactosa o de soja, como alternativa sin lácteos). Rápido y riquísimo :)

 
 

ES un error generalizar en materia de nutrición

La etapa de la vida en la que te encuentres, tu nivel de actividad y/o ejercicio físico, la presencia y/o ausencia de enfermedad aguda o crónica, y la genética son sólo algunos de los factores que van a condicionar tus necesidades energéticas. Eso, sin contar con los objetivos que tengas. Ambos son cruciales a la hora de determinar la ingesta más adecuada para empezar el día.

Aun así, hay algunos elementos que no son negociables. Y es que un vaso de leche o café con leche y un bollo no sólo no nos van a aportar la energía que necesitamos para afrontar el día sino que nos van a “anestesiar”. Ese desayuno tan arraigado en algunos lugares es pobre en nutrientes, empezando por la proteína, que brilla por su ausencia. Porque no nos engañemos, la presente en un café con leche, incluso en un vaso de leche, no es suficiente.

Incluye en tu desayuno una grasa saludable, como el aceite de oliva virgen extra, aceite de coco virgen extra, o la presente en el aguacate, queso, frutos secos y semillas, entre otros.

Incluye en tu desayuno una grasa saludable, como el aceite de oliva virgen extra, aceite de coco virgen extra, o la presente en el aguacate, queso, frutos secos y semillas, entre otros.

¿y si le das una oportunidad a una opción salada con proteína de buena calidad?

Imagina unas tostadas de pan de espelta integral de fermentación lenta con AOVE y jamón ibérico o salmón ahumado. A mí ya se me está haciendo la boca agua.

Para las tostadas, recurre a un pan 100% harina de espelta integral de larga fermentación, mucho más saciante y digestivo. ¿Y si lo preparas tú? ¡Este es casero!

Para las tostadas, recurre a un pan 100% harina de espelta integral de larga fermentación, mucho más saciante y digestivo. ¿Y si lo preparas tú? ¡Este es casero!

Si te cuesta dar el salto a lo salado en el desayuno, también hay opciones dulces saludables

Haz de los frutos secos tus mejores aliados, siempre que sean crudos o tostados, sin sal ni azúcares añadidos. Tómalos tal cual o triturados hasta formar su crema o mantequilla de fruto seco. Con ella puedes untar tus tostadas y, por qué no, añadir un plátano a rodajas.

Yogur natural de oveja con mantequilla 100% cacahuete, helado de plátano y canela.

Yogur natural de oveja con mantequilla 100% cacahuete, helado de plátano y canela.

Si eres más de dulce y no concibes un desayuno sin bizcocho, prueba estas versiones sin azúcar. Acompáñalas de un té, café o infusión, y yogur natural. La pieza de fruta no debe faltar.

Si tienes prisa o te levantas sin hambre, no comas porque toca

Prepara el desayuno la noche anterior y tómalo en el trabajo en un descanso, cuando tengas apetito. Puedes mezclar en un táper yogur proteico natural con avena en copos, fruta cortada y frutos secos (enteros o en crema). Juega con las semillas de chía o lino y atrévete con el chocolate más puro que contenga, como mínimo, un 85% de cacao. Prueba distintas combinaciones hasta dar con la que más te guste.

 
 
El desayuno, a prueba por Carlota Salazar en Come Con C.jpeg

Examina tu desayuno con lupa

¿Desayunas nada más levantarte? ¿Lo haces con hambre o sin ella? ¿Qué incluye? 

Si ya tienes respuesta a estas preguntas, estás listo para adentrarte en el apasionante mundo de la crononutrición. ¿Sabías que las hormonas que regulan nuestro organismo y lo mantienen en equilibrio siguen el ritmo solar? De ahí la importancia de un descanso adecuado. Y es que su alteración influye negativamente en la capacidad de nuestro cuerpo para metabolizar nutrientes como los carbohidratos. Hasta tal punto que si dormimos menos horas tenemos más riesgo de padecer diabetes, por ejemplo.

Y esto no es todo. Las horas de nuestras comidas también influyen en nuestro metabolismo, peso y, en definitiva, nuestra salud. De hecho, toleramos mejor los carbohidratos por la mañana que cuando los ingerimos por la tarde. Por no hablar de cómo influyen el ayuno, ejercicio y, por supuesto, la elección de alimentos que hacemos en nuestro día a día. Todos ellos repercuten, para bien o para mal, en nuestra salud intestinal y extraintestinal.