Desperdicio de alimentos: ¿sólo un problema del vecino?
¿Eres un consumidor sostenible? Pesa el desperdicio alimentario que generas en tu hogar a lo largo de una semana y lo averiguarás. De media, se ha visto que una persona desperdicia 0,5 Kg de alimentos semanalmente, lo que equivale a ¡26 Kg cada año! Para mejorar, has de saber qué tiras más, así que manos a la obra. Por tu bolsillo y la salud de todos, incluida la del planeta.
ODS 2030
Reducir el desperdicio de alimentos es uno de los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la ONU para 2030
Un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial no llegan a ser consumidos (FAO 2011).
Esto tiene consecuencias medioambientales y económicas. Y es que la producción de esos alimentos que se acabarán desperdiciando requiere de recursos tan valiosos como el agua y la energía usada en su transporte y almacenamiento, además de recursos humanos.
¿Sabías que la producción alimentaria es la mayor causa de deforestación del planeta?
El metano que deriva de los alimentos que acaban en los vertederos es considerado el tercer emisor más grave de efecto invernadero.
Y lo más escandaloso: el hambre aumenta conforme lo hace el derroche.
Más de 800 millones de personas en el mundo no disponen de suficiente alimento. En España, más del 20% de la población vive en situación de riesgo de pobreza con dificultades para acceder a una alimentación saludable. La actual pandemia no ha hecho más que contribuir a aumentar esta cifra.
¿Por qué tirar si puedes re-aprovechar?
Si reaprovecháramos una cuarta parte de los alimentos que desperdiciamos, permitiríamos el sustento de 750 millones de personas en el mundo
El primer paso para conseguirlo es reconocer el problema.
Lo creamos o no, queramos o no, todos acabamos tirando como consecuencia del estilo de vida acelerado que llevamos. El problema es que sólo un pequeño porcentaje de la población considera que desperdicia y, para formar parte de la solución, tiene que cambiar antes su percepción.
Para formar parte de la solución, has de sentirte parte del problema, percibirlo como tuyo.
En segundo lugar, conviene valorar los alimentos a través del esfuerzo que se esconde detrás de cada uno de los pasos necesarios para que lleguen hasta tu mesa. ¿Verdad que te cuesta más desprenderte de aquellas cosas por las que has tenido que luchar?
Al tomar conciencia, sólo queda optimizar el tiempo para la gestión de los alimentos en la cocina. Aquí son muchas las herramientas que nos pueden ayudar, como la planificación con antelación de la compra para la elaboración del menú de la semana, la cocina de temporada, el batch-cooking, el uso de vajilla de menor tamaño, incluso un frigorífico más pequeño para evitar perder de vista alimentos y, sobre todo, almacenar los alimentos que compramos según sus fechas de caducidad y/o de consumo preferente para darles salida con más o menos prioridad.