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Vacunas contra la COVID-19: ¿velocidad es antónimo de seguridad?

¿Sabías que las vacunas, junto con la potabilización del agua, son las que más han contribuido a reducir la morbi-mortalidad en el mundo? A ellas debemos la erradicación de la viruela y el control de numerosas enfermedades. Ahora abren la puerta a la esperanza y ojalá también una salida de emergencia a esta crisis sanitaria y económica sin precedentes en la historia moderna.

ORIGEN DEL SARS-COV-2

Como todos recordaréis, a finales del 2019 comenzaron a llegar imágenes de China, concretamente de Wuhan, por casos de síndrome de distrés respiratorio agudo de causa desconocida. Poco después, se filiaron con un nuevo tipo de coronavirus, el SARS-CoV-2 y no fue hasta principios del 2020 cuando se decretó el estado de emergencia y se describió la enfermedad como COVID-19. Finalmente, y como consecuencia de su elevada capacidad de transmisión y rápida expansión, en marzo, la OMS declaró la pandemia. En estos momentos, la fotografía mundial muestra 116.736.437 personas infectadas por este virus, que ya se ha cobrado la vida de más de 2,5 millones de personas, ocasionando una crisis sanitaria y económica sin precedentes en la edad moderna.

De ahí que desde entonces se hayan probado numerosas alternativas terapéuticas con el objetivo de interferir en la multiplicación del SARS-CoV-2 y sus efectos, para lo cual la secuenciación del virus fue crucial. 

Pero, ¿por qué tratar si podemos prevenir? Si prevenimos la infección por SARS-CoV-2, prevenimos la enfermedad, la necesidad de hospitalización, ingreso en UCI, la congestión del sistema sanitario y, en definitiva, la morbi-mortalidad asociada a este. 

© Krammer F. SARS-CoV-2 vaccines in development. Nature 2020 Oct;586(7830):516-527.

¿por qué tanto RECELO?

Ahora que tenemos una vacuna para la esperanza, a muchas personas les asaltan las dudas. Quizá por el hecho de que la primera vacuna contra la COVID-19 haya tardado sólo un año en llegar cuando, de media, el desarrollo de una vacuna lleva 15 años. Ahora bien, cuando una indaga en el proceso de desarrollo de vacunas, encuentra respuestas a esta pregunta. Y es que los coronavirus ya habían sido ampliamente estudiados a raíz de los brotes del SARS en 2002-2003 y el MERS en 2012. La investigación preclínica estaba muy avanzada en este campo e incluso había vacunas en investigación. Esto permitió acelerar la puesta en marcha de ensayos clínicos que, tan pronto contaban con estudios preliminares del fase 1, iniciaban el fase 2 y así sucesivamente. Incluso la producción se solapó para garantizar la disponibilidad de vacunas tan pronto hubiera resultados preliminares con un balance beneficio-riesgo positivo, como ocurrió. También las Agencias Reguladoras están haciendo un gran esfuerzo para revisar estos datos de forma continuada y acelerada, dada la emergencia de salud pública internacional.

Tal es el ahínco científico, que son más de 90 las vacunas que se encuentran en vías de desarrollo contra la COVID-19 para cambiar la epidemiología de esta enfermedad.

En España, a día de hoy, hay tres aprobadas: las de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Estas generan respuesta inmune para prevenir la enfermedad COVID-19 en mayores de 16-18 años.

Elaboración propia a partir de Figura 1: Pediatr Integral 2020; XXIV (8): 494 –501

MECANISMO DE ACCIÓN, EFICACIA Y SEGURIDAD

Las vacunas de Pfizer y Moderna se sirven de una tecnología innovadora y de producción costosa, como es el ARNm. Este es incluido en nanopartículas lipídicas para sintetizar en el citoplasma celular la proteína S, responsable de la fusión del SARS-CoV-2 con la célula huésped y, por tanto, de la infección. La diana de la vacuna de AstraZeneca es la misma, sólo que el vector es un adenovirus de chimpancé, una tecnología más convencional. En cualquier caso, ninguna de las vacunas contiene el virus SARS-CoV-2 y, por tanto, no puede causar infección por SARS-CoV-2, ni COVID-19 ni una PCR+.

La eficacia que muestran los ensayos clínicos aleatorizados, multicéntricos y cegados al observador es del 95% para la vacuna de Pfizer, 94,1% para Moderna y 59,2-62,6% para AstraZeneca a los 7, 14 y 15 días de la segunda dosis, respectivamente. Como veis, son porcentajes muy superiores al de otras vacunas incluidas en el calendario vacunal anual, como la de la gripe, que ronda el 50% según cepa del virus y año.

Si bien sólo tenemos resultados de  eficacia y seguridad a corto plazo, 2 meses aproximadamente, su perfil de seguridad es aceptable y no difiere del de otras vacunas. Las reacciones adversas más frecuentes son el dolor en el punto de inyección, fiebre, dolor de cabeza, muscular y cansancio… que se autolimitan en 24-48 horas, siendo más floridos tras la segunda dosis y entre los jóvenes. 

MENSAJES PARA LLEVAR A CASA…

© Carlota Salazar Santander

Cada uno de nosotros hemos de contribuir al control de la transmisión del SARS-CoV-2, así que recuerda: usa mascarilla, mantén la distancia de seguridad, una higiene adecuada y, si puedes, vacúnate..

Yo me he vacunado con la convicción de que es lo mejor para mí y para las personas que me rodean. Al vacunarme, no sólo me protejo a mí misma, sino que protejo a mi familia, pareja, su familia, … y ¡a ti! El círculo siempre es más amplio de lo que pensamos.

Si te vacunas, te proteges, los proteges, me proteges.