Adiós gases, hola legumbres en 4 pasos
Si sientes hinchazón, gases o dolor después de comer legumbres, no las destierres para siempre. Nutricionalmente son muy interesantes y hay formas de controlar esta sintomatología. ¿Sabías que las responsables de estas molestias son los alfa-galactósidos? ¡Redúcelos con estos trucos!
1
Remojo
El remojo reduce los alfa-galactósidos un 20%, pudiendo llegar incluso al 70%. También reduce al anti-nutriente ácido fítico.
Factores claves para un remojo eficaz:
Ratio legumbre/agua: 1/10.
Tiempo: sigue la premisa de “más es mejor”. El mínimo son 8 horas; el óptimo, 24 horas.
Cambio de agua durante el remojo.
2
Germinación
Se activa durante el remojo cuando este es lo suficientemente prolongado (a partir de las 12 horas, aproximadamente) y se completa cuando de los granos brotan los tallos verdes (alrededor de 24 horas después).
Reduce el nivel de alfa-galactósidos
Aumenta el contenido de vitaminas, hierro y aminoácidos esenciales.
Ayuda a la predigestión de los hidratos de carbono, lo que contribuye a mejorar su digestión en personas sensibles.
3
Fermentación
Las bacterias y/o levaduras implicadas en este proceso anaeróbico degradan los alfa-galactósidos, mejorando su digestibilidad.
Es el caso del tempeh de soja o de garbanzos.
4
Cocción
Reduce los alfa-galactósido en un 30-90%.
Inactiva las lectinas (otro tipo de anti-nutrientes) y mejora la biodisponibilidad de los nutrientes
Factores claves en el cocinado de las legumbres:
Cocción en dos tiempos.
Uso de laurel, comino, menta.
Colado y/o enjuagado posterior.