Ese es mi mantra. Repetirlo me ayuda en los momentos difíciles. Y es que la que es sin duda nuestra aliada puede ser también nuestra mayor rival fijándonos fronteras donde no las hay. Hablo de la mente, aquella que me pedía parar mientras recorría los últimos kilómetros que me separaban de la meta en Sevilla. Y lo logré, acabé mi primera maratón en 03:51:21.
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